Con grandes exponentes del arte argentino del siglo XX que van desde Carmelo Arden Quin, Libero Badii y José Fioravanti a Magada Frank e Yente, la Fundación Naum Knop impulsó, en asociación con los herederos de un total de 17 artistas, la muestra «Legado», una invitación a nuevas lecturas de un patrimonio artístico cultural leído desde el presente que busca desesperadamente ser preservado.
La gran pregunta para aquellos que reciben una herencia de patrimonio cultural como es la obra de un artista reconocido, es cómo preservar la memoria, creaciones, talleres y documentos para la posteridad y sobrevivir en el intento. Ante la fugacidad intensa de la vida, la obra suele perdurar, sobre todo este cuerpo de obras del siglo pasado, entonces el desafío está en preservar, conservar, catalogar, y por sobre todo, revitalizar y volver visible un patrimonio artístico sin que se pierda en el olvido.
Por eso, en el marco de la Noche de los Museos 2023 la Fundación que resguarda el patrimonio del escultor Naum Knop (Buenos Aires, 1917-1993) en su casa taller del barrio de Parque Patricios, de la Ciudad de Buenos Aires, inauguró la muestra colectiva «Legado» en sus tres salas, y habilitando el jardín y la vista del taller del artista al fondo de la propiedad, repleto de esculturas, herramientas y libros, con curaduría de Eugenia Garay Basualdo.
Creada en 1999, la fundación abrió las puertas de la Casa Museo en 2019 en el que fuera el último taller del escultor, preservando la memoria de Knop a partir de la iniciativa de los hijos y esposa del artista,
Actualmente Pablo Knop es quien quedó a cargo de proteger la memoria de su padre y asumió como director ejecutivo de la fundación, impulsando la reunión del grupo a finales de 2018 «casi sin conocernos entre nosotros, aunque sí a los artistas que representamos», comenta.
«En esa primera reunión la consigna era no hacer un grupo de catarsis, pero sí compartir experiencias y mirar hacia delante», y de allí surgió el ofrecimiento de la casa como espacio, y pandemia mediante pasaron cinco años hasta llegar a concretar esta primera muestra.
«La Casa Museo la abrimos al público en 2019 con obras de Naum Knop, y comenzamos a hacer muestras de artistas contemporáneos», con las que participaron en el gran evento nocturno, explica. «Tendríamos que tratar el tema de qué hacemos con el legado que recibió cada uno con una visión de largo plazo, porque herederos va a haber siempre mientras haya artistas, y nos vamos a morir-, entonces todos se van a encontrar con esa problemática», refiere crudamente.
Por ello parte del trabajo de la fundación es su convenio con la carrera de curaduría de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade) y un programa de prácticas profesionales, deslizándose como posibilidad crear una asociación, pero, aún son cuestiones a trabajar, probablemente, será para el año próximo, dice Knop.
En concreto, la muestra vuelve a impulsar esta asociación de legatarios con esta primera exposición inaugural de esculturas y pinturas representativas de los 17 artistas, seleccionadas por los herederos y la curadora, en un diálogo fluido de constelaciones y búsquedas tan diversas como las obras y sus épocas.
Tres son los núcleos temáticos planteados por la curadora sobre una obra tan heterogénea que agrupa en «La broncemanía Argentina» dedicada a las esculturas, «La simultaneidad de la audacia vanguardista» y «Las actitudes devienen formas».
En sí, la selección conforma una antología de diferentes momentos de la historia del arte proponiendo «nuevas interpretaciones y relaciones que posibiliten continuar con la exposición y el estudio de estos valiosos acervos postergados», tal como sostiene Garay Basualdo.
Entonces en «Legado» están grandes artistas como Carmelo Arden Quin, Libero Badii, Martín Blaszko, Ary Brizzi, Pascual Buigues, Pablo Curatella Manes y Germaine Derbecq, Jorge Demirjian, José Fioravanti, Magda Frank, Walter Gavito, Knop, Rubén Locaso; así como Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal, los creadores del arte generativo de los ´60, ambos artistas se proyectan con sus obras en el metaverso de la mano de UXArt en el distrito de los museos de Decentraland.
También figuran Juan Del Prete y Yente (Eugenia Crenovich), quienes tuvieron una innovadora mirada sobre sus obras durante 2022 en el Malba con la muestra «Vida venturosa», en una propuesta que visitaba la intimidad amorosa, creativa y cotidiana, algo posible gracias al trabajo de preservación del acervo que realiza Liliana Crenovich, sobrina de la pareja.
El otro artista con muestra reciente es Arden Quin, referente del arte MADÍ que fue presentado en diálogo con otros en el Museo Nacional de Bellas Artes en «Carmelo Arden Quin. En la trama del arte constructivo», también en 2022, una exposición que en su itinerancia se presentó en Chile y espera recorrer otros países de Latinoamérica.
Pero, más allá de estás dos exposiciones basadas en «investigaciones de largo aliento» como las de «Cristina Rossi en el caso de Arden Quin y a Marita García con Yente-Del Prete que llevaron a realizarlas, las investigadoras llevaban muchos años estudiándolos hasta que tuvieron la oportunidad de exponer en lugares importantes», explica la curadora acerca de un trabajo de gestión prolongado que permitió visibilizar a estos artistas, como algo excepcional.
Convocada en abril después de una reunión de las 14 personas del grupo de herederos y legatarios para llevar adelante la curaduría, cuenta a Télam Garay Basualdo, «la idea era generar una exposición para mostrar artistas reconocidos y consagrados y otros no tanto, que no tuvieron tanta visibilidad», como fue el caso de Pascual Buigues, y cita también a Locaso, Gavito y el maestro Fioravanti, y luego menciona al propio Knop, como un gran relegado, a pesar de las 350 esculturas que atesora la casa y las 1000 que se encuentran en el exterior producto de un artista incansable, como lo describe la directora artística de la Fundación, Florencia Martínez, que estudia su obra.
El trabajo curatorial llevó a Garay Basualdo a considerar visibilizar la problemática de las políticas culturales acerca «de por qué muchos artistas que han tenido varias instancias de consagración quedan relegados, o invisibilizados, hasta que alguna tesis académica los rescate».
En el primer núcleo hay bronces patinados, yeso, trabajos sobre la figura humana, el animalismo como la delicada «Mujer con felino» (1943) de Buigues, o un busto de Fioravanti, e incluso una pequeña «La mano del destino» de Locaso cuya hermana grande está emplazada en Pinamar o «Un presente del futuro» (1985), otro bronce del escultor, o una mujer acostada de Gavito.
Son «artistas que no tienen visibilidad en un museo», explica, salvo la que tuvo lugar en 2014 en el MNBA, «Memoria de la escultura», que rescataba obras de la colección fundacional.
Lo que transmite en la curaduría son «las relaciones que puedo establecer, porque la mayoría de los artistas fueron influencia de la mayoría», dice la curadora y añade que «hay algunos que fueron vanguardia, como Curatella Manes, un escultor increíble que está bastante perdido en los estudios, del que presentamos el bronce ‘La santa’ (1925), tenemos la no-figuración, y lo relacioné con Yente y Del Prete», explica sobre una «posible interpretación».
Entre los herederos está Jorge Curatella, nacido en Francia en 1934, que si bien no siguió los pasos de sus padres, Curatella Manes y la pintora Germaine Derbecq, considera que «es una responsabilidad tener que promover a través de los años la obra de los dos grandes artistas, porque esta Santa la hizo Curatella en la década de 1920, hace más de cien años, hacerlo en esa época, uno decía a este chico hay que meterlo en un loquero».
Cerca de estos exponentes están «Desplazamientos y proyección de planos» (2012) de Mac Entyre o una impactante «La mirada» (1976), que lleva al artista a realizar «lo que hizo antes en pintura a lo tridimensional, pero sin salir del soporte del cuadro», y que como Vidal, «comienza a trabajar con materiales industriales y a trabajar con la luz», algo que puede verse en obras que hace mucho no se exponen; y acompañando está allí un estudio para un monumento de Frank, de 1976.
«Están todos emparentados porque lo que hace Frank tiene que ver con estas indagaciones plásticas, por eso el núcleo se llama «La simultaneidad de la vanguardia vanguardista», expresa.
Inclasificable como su amigo Knop, Badíi está presente «con el siniestrismo», porque «en paralelo a lo que estaba pasando, él proponía algo completamente distinto», dice sobre el artista conocido por sus esculturas policromas, algunas totémicas, y resalta que no hay préstamos de otras instituciones o colecciones en esta muestra.
En esa ausencia expositiva, la tercera sala alberga una obra inédita de Knop, un mural de madera ensamblado policromado de 1980, con vacíos que la aligeran, alejada de la talla directa de los principios de sus obras, trabajada desde el ensamblado de piezas de madera y sus particulares curvaturas; u otras como sus recurrentes figuras femeninas, yacentes, o sentadas como «Madre Cósmica».
Y en la sala del frente de la casa museo se encuentra un diálogo entre Blaszko, Brizzi, Demirjian y el lugar especial dedicado a la única pintura de Derbecq, que también fue crítica de arte y curadora.
De esta manera, el programa público en torno a «Legado» propone mesas debates acerca de la difusión y promoción de estos acervos, y la historia del arte ante la vigencia de los artistas a través de los estudios y las exposiciones, en un diálogo con los herederos y curadores invitados.
Se proponen recorridos guiados de análisis de las obras el 12 de octubre, 7 y 16 de noviembre, todos a las 18:30; y abrirán sus puertas del 9 al 11 de noviembre en coincidencia de la Conferencia anual CIMAM 2023.
«Legado» podrá visitarse en Catamarca 1747, CABA, lunes, miércoles y viernes de 10 a 17 hasta el 15 de diciembre a las 19.