La construcción del oleoducto y la posible instalación de la planta de Gas Natural Licuado (GNL) en Sierra Grande traerían numerosos beneficios tanto para la provincia como para la ciudad de Chichinales.
En primer lugar, la construcción del oleoducto permitiría el transporte seguro y eficiente de petróleo, lo que impulsaría la industria petrolera en la provincia y generaría empleo y oportunidades de crecimiento económico. Esto se traduciría en un mayor desarrollo de la región y en una mejora en la calidad de vida de los habitantes de Chichinales.
Por otro lado, la posible instalación de la planta de GNL en Sierra Grande sería un gran avance para la provincia y para la ciudad. Esta planta permitiría la producción y distribución de gas natural licuado, una fuente de energía más limpia y sostenible. Esto beneficiaría tanto al medio ambiente como a la economía, ya que el GNL es una alternativa más económica y menos contaminante que otros combustibles. Además, la planta de GNL generaría numerosos puestos de trabajo directos e indirectos, lo que impulsaría el empleo y la economía local.
En términos de desarrollo industrial, la posible instalación de la planta de GNL también sería muy beneficiosa. Chichinales podría ofrecer una ubicación estratégica y privilegiada para el establecimiento de industrias y empresas relacionadas con el gas natural, lo que atraería inversiones y fomentaría el desarrollo del Parque Industrial de la ciudad. Esto significaría un impulso significativo para la economía local y la generación de empleo.
En resumen, la construcción del oleoducto y la posible instalación de la planta de GNL en Sierra Grande traerían beneficios económicos, sociales y medioambientales tanto para la provincia como para la ciudad de Chichinales. Estas iniciativas impulsarían el empleo, el crecimiento económico, el desarrollo industrial y la mejora en la calidad de vida de los habitantes. Por lo tanto, es acertado y beneficioso que el gobernador Weretilneck haya tomado la decisión de adherirse al proyecto RIGI