Con la participación de maestros y maestras de la crónica, del periodismo narrativo y de los nuevos formatos nacionales e internacionales, se realizará la segunda edición de NAVE de No Ficción, el Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo que organiza la Fundación de Periodismo Patagónico, que durante tres días -del 2 al 4 de noviembre- desplegará talleres, conversatorios, experiencias sonoras inmersivas, performances, una muestra de fotoperiodismo y una feria del libro de No Ficción en el Puerto San Carlos, frente al lago Nahuel Huapi.
«Las novedades de esta edición respecto a las de 2022 tienen que ver con los nombres de las personas que han sido convocadas, el espíritu es más o menos el mismo. Hay algunas actividades con las cuales estamos muy entusiasmados, por ejemplo la charla que va a dar, desde Cataluña, Jordi Carrión sobre periodismo e inteligencia artificial, la presentación de una performance colombiana que habla sobre la migración de ese país en la Argentina y las salsas o la música como un punto no sólo de reunión sino de pertenencia donde se cruzan esas experiencias vitales y personales de los migrantes», destacó Santiago Rey, organizador del evento.
La idea del festival surge como parte de los proyectos impulsados por la Fundación de Periodismo Patagónico, que se fundó a principios de 2019. Con la pandemia, la gestión de actividades culturales se vio obstaculizada. Sin embargo, durante el 2021, se realizó un encuentro reducido alrededor del periodismo y en 2022 se repitió adquiriendo otra dimensión.
«No hay en el sur del continente un festival de este tipo. Nos parecía importante replicar lo que sucede en otros lugares del continente con eventos, encuentros, donde escuchar a los maestros y las maestras de la no ficción, de la crónica, del periodismo en general, donde producir y generar también encuentros entre experiencias regionales del sur de Argentina y del sur de Chile y que a partir de esos encuentros se potencien proyectos», explica el director.
Protagonizarán este encuentro periodistas como María O’Donnell, quien el sábado 4 de noviembre a las 16, presentará su libro «Born y Quieto», que recorre la negociación secreta entre el magnate y el montonero. También estará Juan Pablo Meneses, a las 14.30 el viernes 3, conversará sobre los limites de la ficción a partir de su libro «Una historia perdida», y Sonia Budassi, quien trabajará en un formato de clínica de obra la construcción de escenas narrativas.
De a poco, Nave fue incorporando nombres conocidos y convocantes con nuevas voces periodísticas. «Desde los territorios que habitamos muchas veces no podemos tener acceso a una charla mano a mano con los cronistas, las cronistas que admiramos o con los proyectos o productos periodísticos que consumimos a distancia, tenerlos en vivo creo que potencia el periodismo en nuestra región. Ese es el objetivo de la Fundación cuando nació, trabajar con un periodismo desde estos territorios, situado, de calidad, independiente», remarcó Rey.
Como parte de la programación, una de las charlas centrales será la del periodista Julio Villanueva Chang el jueves 2 de noviembre a las 9 horas. El editor fundador de Etiqueta Negra explicará cómo junto con su equipo trabajaron la emblemática revista y, además, estará a cargo del taller «De cerca nadie es normal» con el fin de sumar herramientas sobre cómo escribir y editar crónicas.
En esta segunda edición de Nave de No Ficción, estará presente vía Zoom Jordi Carrión desde España a las 16 horas del día viernes 3 y, anticipa Rey, «discutirá los vínculos del periodismo con la inteligencia artificial». También Roberto Herschel, inspirado en los cuatro evangelios, mostrará los distintos caminos para contar una historia.
Anfibia Podcast será otra participación clave de este evento dedicado al periodismo con la presentación de «Fugas», un episodio de lo que será una experiencia sonora inmersiva. «En otro momento del Festival, productores y un guionista del equipo hablarán de La One, el podcast que recupera la biografía de Moria Casan», cuenta Rey sobre otra producción de Anfibia.
En sintonía con todos los diversos formatos que adopta el periodismo, Silvina Heguy editará en vivo y a través de una pantalla gigante un texto que dará a conocer al iniciarse la actividad y sobre el que trabajará para dejar de relieve todas las operaciones de edición. Este despliegue será a las 19 del día jueves 2 de noviembre.
Teniendo presente la importancia de las nuevas narrativas, Nave de No Ficción también abrirá escenario para Pena y Pachanga, una propuesta del Laboratorio de Periodismo Performático de Revista Anfibia sobre la migración colombiana que tendrá lugar el jueves 2 a las 20.30.
Además, el viernes 3 a las 18.30 se presentará la investigación «El primer civil de la dictadura, a 50 años del golpe en Chile» a cargo del periodista Juan Cristóbal Peña y del equipo de Anfibia.
El festival será completo no solo en cuanto a actividades sino también en cuanto a temáticas como la reflexión acerca de TikTok y la inteligencia artificial en el campo. «Son temas que en conjunto con nuevas formas narrativas nos cruzan como periodistas de manera permanente, implican un desafío y también un entendimiento de por dónde pasan las potenciales nuevas audiencias de los productos periodísticos que ofrecemos. Y, en ese sentido, no podemos dejarlas al margen, por lo menos de la intención de entender cuáles son sus alcances, las posibilidades, las herramientas que ofrecen», explica el organizador.
Integrantes del equipo de La Otra Diaria (Chile) darán una charla sobre historias de vida y resistencias de mujeres mapuche el sábado 4 a las 14, luego el periodista Migue Roth de Angular proyectará un documental a las 15 y a continuación Gisela Busaniche conversará sobre narrativas audiovisuales a las 17.
Desde la Fundación de Periodismo Patagónico el sábado 4 de noviembre a las 9 dictarán en una comunidad mapuche un taller sobre Periodismo Curanto para explicar cómo se ejerce el oficio desde los territorios del sur, mientras a la par se cocinará bajo tierra un curanto que será el almuerzo de esa jornada.
«Lo denominamos ‘Taller de Periodismo Curanto’ porque, al igual que esa comida que se entierra y se cocina lento con el calor de las piedras previamente calentadas al fuego, decimos que hacemos en esta región un periodismo de profundidad y no un periodismo de superficie, un periodismo lento y no un periodismo que esté corriendo detrás del clickbait y también un periodismo diverso porque allí entran alimentos de todo tipo», explica Rey sobre el simbolismo de esta actividad.
Además, se conocerán los ganadores o ganadoras de la quinta edición del Concurso de Crónica Patagónica, habrá una galería con las mejores imágenes de fotoperiodismo de la región, y en el Puerto San Carlos, en simultáneo, se desarrollará una feria de libros de no ficción.
De cara al evento, Rey tiene una seguridad: «Vivimos en una región subnarrada con muchas historias para contar, muchas personas, muchas investigaciones por hacer y a la vez en una región narrada desde afuera. Desde la colonización, luego la conquista del desierto, los textos que quedaron más a mano y distribuidos de manera masiva fueron textos escritos por quienes acompañaban esas campañas. Entonces, lo que nosotros pretendemos es, y luego en el siglo XX, la consolidación del sistema de medios con sus cabeceras, los grandes medios más concentrados, casi hegemónicos, que irradian o derraman algo de cobertura de lo que sucede en las zonas más alejadas».
Con este diagnóstico, para la Fundación el festival resulta «un punto clave». «Nos encuentra, nos aúna y genera una red de cronistas del sur capaz de narrar desde los territorios, con sensibilidad, con compromiso, lo que está pasando en los propios lugares donde vivimos. Tratamos de alejarnos de algunos tópicos folklorizados de la Patagonia: no todo es el viento, no todo son las distancias, no todo es la soledad, tenemos una mirada amplia, universal en ese sentido, pero con los pies en el barro, con los pies en el territorio. Y estamos tratando de construir también una red de audiencia, porque si no, esos textos quedan sin difusión», concluye.
El género de no ficción en Argentina
Santiago Rey, organizador del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, destacó la implicancia del género de no ficción a nivel nacional y ejemplificó con «algunos textos de la independencia, pasando por textos de las guerras intestinas antes de la consolidación nacional», que pueden leerse en esa clave, hasta el presente con un panorama de gran producción de este formato periodístico.
«Ya en el siglo XX, por supuesto que es fundante el trabajo de Rodolfo Walsh con Operación Masacre, y luego Tomás Eloy Martínez, por citar solo algunos, y en las últimas décadas, el trabajo de muchísimos cronistas, por mencionar solamente tres que tienen mucha vigencia y actualidad y que son referencias ineludibles. Leila Guerriero, Martín Caparrós y Cristian Alarcón componen una tríada muy importante de lo que es el periodismo narrativo en nuestro país y que es, digamos, heredero de todas estas otras tradiciones», plantea Rey.
En un contexto de explosión de formatos y variedad de géneros, la periodista Sonia Budassi dice a Télam que «dar un panorama exhaustivo» sobre la no ficción en Argentina «es difícil porque, por suerte, se produce y se publica mucho (y se podría publicar más si las condiciones materiales de la industria no fuera tan difíciles)».
«Además son varios los géneros y los híbridos que caen bajo la categoría de no ficción. Hay muchos textos que tienen una innegable vocación narrativa y cuando esto se logra, generando más preguntas que respuestas -lo cual no implica denostar el dato, para nada- nos encontramos, en mi opinión, ante algo verdaderamente interesante, es decir, literatura de no ficción», explica Budassi.
Pero hay que separar la paja del trigo: «A veces veo tendencia a narrar por narrar y no es algo necesario o interesante cuando las anécdotas resultan banales; cuando no tienen capas de sentido ni hablan de temas profundos o universales que pueden expresarse a partir de detalles. Narrar sin un objetivo resulta un gesto vacío. En esos casos, prefiero el periodismo «puro y duro», o sea, el registro convencional con información austera sin florituras narrativas si no están justificadas», distingue la periodista.
Desde su perspectiva, la producción de la crónica y del ensayo personal están creciendo en caudal. «Los temas siguen siendo muy variados como ha sucedido históricamente, en mi opinión, en Argentina; van desde perfiles bien logrados de políticos, a reconstrucciones de eventos históricos o historias alrededor de la riqueza y la desigualdad».
«La autoficción sigue invadiéndolo todo, con mejores y peores resultados, como sucede, creo, con las piezas que te dije antes. Por eso es muy necesario un espacio donde se discutan los modos de contar la realidad, ya sea la ficción o la no ficción porque lo estético genera consecuencias políticas, por eso es tan necesario este festival. Y además entre todo el barullo se suman las nuevas tónicas narrativas de las redes; el llamado «story telling» todo lo invade y nos presenta nuevos desafíos a quienes escribimos y leemos ficción y no ficción. A nivel de tenerlos como insumos de nuestras narrativas pero también para analizar qué finalidad busca y qué efecto genera una narrativa y otra; un libro y un meme, una historia de Instagram y un tuit y así», analiza la autora de «Los domingos son para dormir».
En este escenario de amplia producción de libros híbridos, que mezclan ensayo con autobiografía y poesía, ¿de qué manera se relaciona con el género de no ficción? «¡Es todo parte de la misma y celebratoria confusión!», dice Budassi. «Los géneros híbridos existen desde que nació la palabra escrita, sólo que desde hace décadas pensamos más en términos genéricos, categóricos, y somos más consientes a la vez, del famoso «estallido de los géneros», de la mixtura, de ver qué se cuenta bajo esas formas. Y sí se ven más textos autobiográficos. Son diferentes modos que adopta la literatura, que siempre tuvo distintos recursos, técnicas, herramientas, y hasta miradas filosóficas para acercarse a lo real y pensarlo, representarlo, discutirlo», explica la escritora.
Para ella, porque existe el pacto de lectura es que se puede discutir y pensar: «¿Esto es real?¿Cuál es el estatuto de la verdad en la narrativa, en la literatura, en el periodismo? ¿Es igual?». En esa línea, agrega: «En cualquier caso esas modulaciones inestables y mixturadas, cuando están bien hechas, resultan interesantes. Pero también puede ser una cosa banal y anodina», advierte y ejemplifica: «Muchas veces lo autobiográfico se sostiene bajo un «yo» débil, superficial, aburrido, que sólo se sostiene, y mal, sobre un pronombre propio y nada más».
«La experiencia en sí no es necesariamente interesante. Lo que la vuelve en potencia atrapante son los modos de procesarla, y elaborarla bajo los prismas del arte, la elaboración de un punto de vista singular, ya sea recurriendo a la poesía, la narrativa, la autoficción o una tercera persona omnisciente como la anacrónica del Siglo XIX. Si las autoras y autores son conscientes de su finalidad, se produce algo disruptivo, interesante, más allá del recurso elegido», explica Budassi.