Del trabajo participaron los voluntarios de entre 18 y 55 años que se inscribieron en el ensayo clínico de fase 1/2 o fase 2/3 de la vacuna y que habían recibido una dosis única o dos medias dosis.
De estos voluntarios, 30 recibieron la segunda dosis en forma tardía y lo que se encontró fue que los títulos de anticuerpos fueron más altos en aquellos con un intervalo más largo entre la primera y la segunda dosis.
Mientras que la concentración de anticuerpos IgG fue de un promedio de 923 para quienes recibieron la segunda inyección entre la semana 8 y 12 después de la primera, los anticuerpos ascendían a 1.860 promedio para los que la recibieron entre la semana 15 y 25 y a 3.738 entre la semana 44 y la 46.
En el estudio 90 participantes recibieron una tercera dosis y los títulos de anticuerpos fueron «significativamente» más altos después de una tercera dosis en comparación con la respuesta 28 días después de una segunda dosis, indicó el trabajo, un ‘pre-print’, lo que significa que todavía no fue publicado con revisión de pares.
El estudio señaló que las respuestas de las células T (parte del sistema inmune que confiere memoria) «también se reforzaron después de una tercera dosis» en tanto que la reactogenicidad (efectos adversos) después de una segunda dosis tardía o una tercera dosis fue menor que la reactogenicidad después de una primera dosis.
«Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menores suministros de la vacuna, que pueden estar preocupados por los retrasos en la segundas dosis a sus poblaciones. Hay una excelente respuesta a una segunda dosis, incluso después de un retraso de 10 meses desde la primera», indicó el investigador Andrew Pollard en un comunicado difundido por la Universidad de Oxford.
En tanto Teresa Lambe, autora principal de estos estudios, señaló que «no se sabe si se necesitarán golpes de refuerzo debido a la disminución de la inmunidad o para aumentar la inmunidad contra variantes de preocupación».
Y continuó: «Aquí mostramos que una tercera dosis de ChAdOx1 nCoV-19 es bien tolerada y aumenta significativamente la respuesta de anticuerpos. Esta es una noticia muy alentadora, si encontramos que se necesita una tercera dosis».
Por su parte, el virólogo e integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 Humberto Debat, explicó a Télam que «lo bueno de este trabajo es que demostró buena tolerabilidad con una tercera dosis aplicada con el mismo adenovirus, es decir, que no generó una respuesta inmunogénica contra el vector que podría disminuir la protección; esto es algo que no se sabía para este adenovirus de chimpancé».
El investigador indicó que «la otra buena noticia del estudio es que más allá de que los anticuerpos van disminuyendo con el tiempo (a la mitad a los 6 meses y a un 30% en un año), siguen estando y están por encima de lo basal; y cuando se recibe la segunda dosis vuelven a levantar».
Para Debat, «la pregunta continúa siendo si es estratégico retrasar la segunda dosis para tener a muchos con algo de protección o si, frente al peligro de ingreso de la variante Delta y el invierno, no conviene reforzar los anticuerpos».
«Esta duda surge porque hemos visto reportes que indican la necesidad de dos dosis de AstraZeneca para mantener altos niveles de protección frente a la variante Delta y son la razón por la cual Reino Unido ha disminuido el intervalo estandar de 12 semanas a 8 para aumentar la protección en el contexto de la alta frecuencia de esta variante», sostuvo.
Y continuó: «Entonces, aunque este trabajo indique que si pasa más tiempo para aplicar la segunda dosis los anticuerpos crecen más, durante todo ese intervalo los anticuerpos son menores con una dosis que con dos».
Debat aseguró que «en este debate sobre la segunda dosis inciden muchos factores como la disponibilidad de vacunas, la situación sanitaria, la circulación de las variantes, etc. y es una discusión que se está dando en todo el mundo».
El 25 de junio, la Universidad de Oxford publicó otro pre-print (sin revisión de pares) en el que se combinaron la vacuna de AstraZeneca, que utiliza un adenovirus de chimpancé como vector viral para transportar una parte de la proteína spike del SARS-Cov-2, con la de Pfizer, que es una vacuna de ARN mensajero.
El trabajo mostró que la combinación fue segura para los participantes y que la respuesta inmune de participantes con esquemas combinados fue más alta que la de quienes recibían las dos dosis de la vacuna de AstraZeneca.
«Estos datos respaldan la flexibilidad en el uso de la vacunación heteróloga de refuerzo primario con las vacunas ChAd (Astra) y BNT (Pfizer) COVID-19«, concluyó el trabajo.