Con una Europa mirando al continente americano desde la propuesta de investigación del historiador argentino Rodrigo Gutiérrez Viñuales, la española Fundación Juan March inaugura mañana en Madrid la gran muestra «Antes de América» que aborda las derivas contemporáneas de esas fuentes entrelazadas de los últimos tres siglos de historia, desde Alaska a la Patagonia.
«Antes de América. Fuentes originarias en la cultura moderna» abarca desde los registros de finales del siglo XVIII a la actualidad y aborda la «fascinación» por lo americano que se sostiene en ese uso de la geometría y el color a las arquitecturas posmodernas de raíz indígena, el kitsch y el arte conceptual hasta las nuevas prácticas artísticas y la «renovación de artes y oficios milenarios», destacan desde la Fundación.
El proyecto curatorial presenta más de 600 obras de unos 300 artistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, México, Perú, Uruguay, España, Francia y Reino Unido, quienes participan en una narrativa pensada y largamente investigada por el historiador chaqueño radicado en Granada, Rodrigo Gutiérrez Viñuales, que trabajó junto a Manuel Fontán del Junco y María Toledo Gutiérrez (de la Fundación).
Entre los artistas que exponen obras están el uruguayo Joaquín Torres García; los argentinos César Paternosto, Alejandro Puente; los mexicanos Rufino Tamayo y Gunther Gerszo; Cecilia Vicuña y Roberto Matta de Chile; Elena Izcue de Perú; Vicente do Rego Monteiro y Lygia Pape de Brasil; Anni y Josef Albers y Barnett Newman, Henry Moore, Man Ray y la cubana Ana Mendieta, entre otros.
El proyecto que transita de Canadá a Argentina, abarca arquitectura, pintura, escultura, fotografía, cine, escenografía, teatro, textiles, cerámica, diseño gráfico y cómic en un interés de mostrar cierta «historia de la fascinación por lo precolombino y lo ancestral» reflejado en los objetos producidos, y todo contenido en 500 metros cuadrados y con sólo 15 piezas arqueológicas presentes, en diálogo.
La clave de la muestra es «lo precolombino reinterpretado por la modernidad», según explica el curador y en sus salas podrán apreciarse textiles, «alguna maqueta de un teocali mexicano, cerámicas peruanas, pero mezcladas con obras contemporáneas».
Repartida en núcleos temáticos temporales propone: rescate y puesta en escena de lo precolombino y las expediciones (1840-1910); primera modernidad, la invención de un «arte americano» (1910-1940); Geometría, signo y color amerindio (1940-1970); y cierra con una era multidireccional (1970-2023).
«Antes de América» estará disponible en Madrid del 6 de octubre al 10 de marzo y luego se expondrá en México, «toma como referencia el arte precolombino como motivo de inspiración», según destaca el curador quien viene estudiando desde hace unos 25 años la temática, lo cual se refleja en «publicaciones sobre arquitectura neoprecolombina, artes aplicadas», culminando en un formato expositivo que demandó unos cuatro años de trabajo, pandemia mediante.
«El objetivo de la muestra es mostrar de qué manera el arte precolombino fue recuperado y reinterpretado en el arte moderno y contemporáneo» (siglo XXI), explica el historiador.
Con objetos de finales del XVIII, el siglo XIX tiene una fuerte presencia con «los viajes de registro de lo precolombino, los monumentos, las piezas, y su representación a través de dibujos de grabados», luego están de la segunda mitad del siglo «las primeras reinterpretaciones que se hacen en arquitectura utilizando esos repertorios generados pero aplicados directamente a edificios de nuevo cuño», como con los pabellones presentados en «exposiciones universales por Perú en París de 1878 o de Ecuador y México, también en París, en 1889, de los cuales se exhiben sus dibujos originales», dice Gutiérrez Viñuales.
Por otro lado, la muestra contará con un catálogo con los textos de más de 30 especialistas sobre «diversos temas vinculados a las reinterpretaciones de lo precolombino», además de programas públicos que incluyen lo educativo, otras muestras y un ciclo de cine.
¿Por qué planear algo tan americano en Madrid? «Es un proyecto personal, socializado, planteado desde América. Soy profesor de la Universidad de Granada, hace más de 30 años que vivo en España pero mis temas de investigación son de Latinoamérica y mi visión es siempre desde allí», responde Gutiérrez Viñuales.
En ese sentido, encontró el apoyo fundamentalmente en Manuel Fontán del Junco director de exposiciones, del Museo y la Fundación para poder llevarlos a cabo, explicita sobre la entidad nacida en 1955 que lleva medio siglo realizando exposiciones con «la idea de mostrar facetas de la modernidad desde otras perspectivas, y exposiciones de temas latinoamericanos en particular».
«En el 2009 hubo una retrospectiva de la brasileña Tarsila Amaral, otra del venezolano Carlos Cruz Díaz, después «América fría sobre la extracción geométrica en Latinoamérica» en 2011, Lina Bo Bardi en 2017, y éste es un proyecto quizás el más ambicioso al integrar a muchos países», indica.
Otro tema de lo precolombino en Europa son las facetas que incluyen el coleccionismo o los acervos de los museos alemanes, ingleses, españoles, como señala, pero es una problemática no relacionada con la exposición como tampoco lo es «la restitución de esos acervos a sus lugares de origen», algo que viene sucediendo con algunos países europeos.
También se exhiben catálogos fechados desde los años 1920 de exposiciones realizadas sobre arte precolombino en Europa que manifiesta «una presencia constante», como los proyectos globales u otros «sobre Tejidos Wari, cerámicas moches, arte azteca», que apuntan el interés en la temática.
En referencia a la fascinación por lo precolombino, indica que «es un poco la continuidad de lo que muestra la exposición, es ese partir del siglo XIX, el comienzo de esas reinterpretaciones primero en arquitectura que después comienzan a multiplicarse a principios del siglo 20, sobre todo en torno a escuelas de artes y oficios que siguen las estelas de de William Morris y el art and craft en Inglaterra. Es decir, es toda la recuperación de lo artesanal, del trabajo manual que peligraba ante el avance de la Segunda Revolución Industrial».
Y añade: «esa recuperación de los talleres medievales que serían los talleres coloniales (en América) se vinculan también a la construcción de una identidad».
Se trata de una identidad de dos momentos históricos como son «lo precolombino y lo colonial y entra en las fuentes que se reinterpretan en las escuelas de arte oficio creándose muebles, cerámicas, textiles, vitrales, escenografía, diseño gráfico, y de todo esto habla la exposición».
Casi el 80 por ciento de «Antes de América» tiene que ver con las artes aplicadas, el trabajo manual, sin que se dejen de lado las «tres grandes bellas artes» de la pintura, escultura y arquitectura, y entrado este siglo, se «sigue manteniendo esa idea de una identidad que a veces es nacional, regional, local, pero también en muchos casos, son identidades personales», algo observado en los «artistas más contemporáneos que encuentran en formas y significados del arte precolombino una vía de expresión», señala sobre un fenómeno «en plena ebullición» que se pretende transmitir como «algo en permanente desarrollo».
¿Cómo son esas persistencias de lo precolombino? «Algo que sorprende es ese tema de las artes aplicadas, esa es una lectura central de la exposición», por lo cual ubica al final de la muestra «expresiones que podrían ser territoriales, obras del land art, pero también ciertas concepciones amplias del territorio expresadas en fotografías, pintura, maquetas».
«Pero esa última sala tiene también una pared dedicada a textiles y otra a cerámicas, con lo cual elegimos un final de los posibles, que alude a lo precolombino y al sistema de registro del siglo XIX (expuesto) y a la producción de las primeras décadas del siglo XX dentro del ámbito de esas escuelas de artes y oficios», dice el curador.
De esta manera se ponen en valor materiales que estuvieron marginados por la historia del arte que toman «la pintura y la escultura y dejan de lado lo producido al margen de las Academias de Bellas Artes que apuntaban más al dibujo, la pintura, la escultura o la arquitectura. Pero es esa otra producción de las escuelas de arte de oficios en la cual se basó en buena medida la construcción de la investigación», explica.
En los últimos años hay una mirada crítica y posicionamiento político sobre el daño causado por los colonialismos de algunos países europeos, algo que permea en el proyecto, acerca de lo cual indica que «sin ser un tema central se deja entrever en el siglo XIX, en algunos de los textos del catálogo y sobre todo en el final (de la muestra) con obras de la artista peruana Sandra Gamarra que vive en Madrid y el año que viene va a representar a España en la Bienal de Venecia», siendo «la primera vez que España va a acudir con una artista que no es española». Y agrega: «Parte de su obra se basa en el tema del colonialismo, y la pieza que se expone es una gran pintura que alude a la descontextualización de las obras precolombinas en bodegas de museos, en lugares que no son los suyos».
Oro ejemplo es la pintura del inglés Leon Underwood, «El destino del Chac mool», que muestra al dios maya de la lluvia «en las salas de un museo y atrás se abre la pared y se ve una pirámide, denunciando cómo cambia la significación de la pieza al estar fuera del lugar donde tendría que estar»; o la obra de Gala Porras-Kim, una artista «colombiana de madre coreana que vive en Los Ángeles, que trabaja el tema de la deslocalización de las obras precolombinas, concretamente de los cenotes yucatecos que han sido expoliados y llevados a museos de Estados Unidos» cuya «práctica artística se amplía en el reclamo a los museos para que devuelvan esas piezas al lugar para los cuales habían sido concebidos», ejemplifica Gutiérrez Viñuales.